loader image

Whoever Wishes to Follow Me

by | 13 September 2023 | Newsletter

Sisters and Brothers in Christ,

We’re glad to reconnect after the August break, and a late start in the month of September. Despite the late start, we wanted to begin this new season of On The Road Reflections with the Gospel of Matthew 16: 21-27 from the 22nd Sunday of Ordinary Time. Why? Isn’t this where Jesus rebukes Peter and tells his own appointed leader of the Apostles to step aside? Yes, it is, and because Jesus speaks so directly and critically to Peter, all of us who are aspiring to offer service as discerning leaders might want to pay attention.

As we know, when he reacts to Jesus’ predictions of his suffering and death, Simon Peter speaks from a place of love for his friend and teacher, and a desire to protect him, and no doubt himself and the rest of the apostles from persecution. But Jesus’ response condemns not only Peter’s action, but the very way in which he perceives and makes sense of the situation. “You are thinking, not as God does, but as human beings…”.

What relevance does this painful episode in Peter’s discipleship have for us? First, Jesus opens a window for us into the unconventional logic of the way God perceives and makes sense of reality, and judges what is right, good, just, or timely. In this case, it is not only Peter’s action that he judges wrong, but also his thought process, the underlying values that guide his thinking, and the limits of his awareness of God’s will for Jesus’s mission.

James Tissot (Nantes, France, 1836–1902, Chenecey-Buillon, France). Get Thee Behind Me, Satan (Rétire-toi, Satan), 1886-1896

Each of us, like Peter, want to make good decisions and do the right thing. We want to serve our organizations and communities and help them advance, grow, and flourish in their missions. Naturally, we look to the way other successful or effective leaders act as models, and we might study the practices or the structures of other organizations as reference points for the ways we might manage and operate our own. However, the way of Jesus is clearly not the same as the way of the world. Security, steady growth, prosperity, prestige in the eyes of others… none of these are included amongst Jesus’ goals for his ministry, nor for his disciples. They may be good and worthwhile, but they are not the goal in and of themselves

Of course, as for Peter, it is disorienting to be abruptly challenged, not only for what we decide and do, but for the very values, intentions and purposes that we have as leaders. Recently, I had the experience of being criticized for thinking in terms that were too practical and instrumental, using a logic of cost/benefit that would be quite natural in a business setting, but which in a pastoral setting, would have jeopardized the integrity of our mission of caring for both people and the organization’s effectiveness. And my colleague was right.

As disciples trying to discern what it is that God is calling forth from us and from our organizations, do we have the ears to hear and the eyes to see God’s will for both our goals and the means we use to pursue them? Are we open to being converted from the ways the world thinks and acts in order that we might be more faithful to Jesus’ way, which includes accepting sacrifice, suffering, and diminishment in service to a greater good? Are we willing to live and lead uncomfortably, in the shadow of the Cross, with faith and hope in God’s definition of success more than that of the world?

With sibling affection,

David and the Discerning Leadership Team

__________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Quien quiera seguirme

Hermanas y hermanos en Cristo,

Nos alegra reencontrarnos después de la pausa de agosto, y de un comienzo tardío del mes de septiembre. A pesar del retraso, hemos querido comenzar esta nueva temporada de Caminando Juntos con el Evangelio de Mateo 16: 21-27 del 22º Domingo del Tiempo Ordinario. ¿Por qué? ¿No es aquí donde Jesús reprende a Pedro y le dice al líder de los Apóstoles designado por sí mismo que se haga a un lado? Sí, así es, y dado que Jesús le habla de forma tan directa y crítica a Pedro, todos los que aspiramos a ofrecer un servicio como líderes discernientes deberíamos prestar atención.

Como sabemos, cuando reacciona a las predicciones de Jesús sobre su sufrimiento y muerte, Simón Pedro habla desde el amor a su amigo y maestro, y desde el deseo de protegerlo, y sin duda a sí mismo y al resto de los apóstoles, de la persecución. Pero la respuesta de Jesús condena no sólo la acción de Pedro, sino la forma misma en que percibe y da sentido a la situación. “No pensáis como Dios, sino como seres humanos…”.

¿Qué relevancia tiene para nosotros este doloroso episodio del discipulado de Pedro? En primer lugar, Jesús nos abre una ventana a la lógica poco convencional del modo en que Dios percibe y da sentido a la realidad, y juzga lo que es correcto, bueno, justo u oportuno. En este caso, no sólo juzga errónea la acción de Pedro, sino también su proceso de pensamiento, los valores subyacentes que guían su pensamiento y los límites de su conciencia de la voluntad de Dios para la misión de Jesús.


James Tissot (Nantes, Francia, 1836-1902, Chenecey-Buillon, Francia). Quítate de en medio, Satán (Rétire-toi, Satan), 1886-1896

Cada uno de nosotros, como Pedro, queremos tomar buenas decisiones y hacer lo correcto. Queremos servir a nuestras organizaciones y comunidades y ayudarlas a avanzar, crecer y florecer en sus misiones. Naturalmente, nos fijamos en la forma de actuar de otros líderes exitosos o eficaces como modelos, y podríamos estudiar las prácticas o las estructuras de otras organizaciones como puntos de referencia para las formas en que podríamos gestionar y operar la nuestra. Sin embargo, está claro que el camino de Jesús no es el mismo que el camino del mundo. La seguridad, el crecimiento constante, la prosperidad, el prestigio ante los demás… nada de esto figura entre los objetivos de Jesús para su ministerio, ni para sus discípulos. Pueden ser buenos y valiosos, pero no son el objetivo en sí mismos.

Por supuesto, como para Pedro, es desorientador ser abruptamente cuestionado, no sólo por lo que decidimos y hacemos, sino por los propios valores, intenciones y propósitos que tenemos como líderes. Recientemente, tuve la experiencia de ser criticado por pensar en términos demasiado prácticos e instrumentales, utilizando una lógica de coste/beneficio que sería bastante natural en un entorno empresarial, pero que en un entorno pastoral, habría puesto en peligro la integridad de nuestra misión de cuidar tanto de las personas como de la eficacia de la organización. Y mi colega tenía razón.

Como discípulos que intentan discernir qué es lo que Dios pide de nosotros y de nuestras organizaciones, ¿tenemos oídos para oír y ojos para ver la voluntad de Dios tanto para nuestros objetivos como para los medios que utilizamos para alcanzarlos? ¿Estamos abiertos a convertirnos de la forma de pensar y actuar del mundo para ser más fieles al camino de Jesús, que incluye aceptar el sacrificio, el sufrimiento y la disminución al servicio de un bien mayor? ¿Estamos dispuestos a vivir y dirigir incómodamente, a la sombra de la Cruz, con fe y esperanza en la definición de éxito de Dios más que en la del mundo?

Con afecto fraterno,

David y el Equipo de Discerning Leadership

__________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Chiunque voglia seguirmi

Sorelle e fratelli in Cristo,

Siamo lieti di ricollegarci dopo la pausa di agosto e l’inizio tardivo del mese di settembre. Nonostante il ritardo, abbiamo voluto iniziare questa nuova stagione di Camminando Insieme con il Vangelo di Matteo 16, 21-27 della XXII domenica del Tempo Ordinario. Perché? Non è forse qui che Gesù rimprovera Pietro e dice al proprio capo degli apostoli di farsi da parte? Sì, è così, e poiché Gesù si rivolge a Pietro in modo così diretto e critico, tutti noi che aspiriamo a prestare servizio come leader capaci di discernimento dovremmo prestare attenzione.

Come sappiamo, quando reagisce alle predizioni di Gesù sulla sua sofferenza e morte, Simon Pietro parla da un luogo di amore per il suo amico e maestro, e dal desiderio di proteggere lui, e senza dubbio se stesso e il resto degli apostoli, dalla persecuzione. Ma la risposta di Gesù condanna non solo l’azione di Pietro, ma il modo stesso in cui egli percepisce e dà senso alla situazione. “Tu pensi non come Dio, ma come gli uomini…”.

Che rilevanza ha per noi questo episodio doloroso del discepolato di Pietro? In primo luogo, Gesù ci apre una finestra sulla logica non convenzionale del modo in cui Dio percepisce e dà senso alla realtà e giudica ciò che è giusto, buono, equo o opportuno. In questo caso, non è solo l’azione di Pietro a essere giudicata sbagliata, ma anche il suo processo di pensiero, i valori di fondo che guidano il suo pensiero e i limiti della sua consapevolezza della volontà di Dio per la missione di Gesù.


James Tissot (Nantes, Francia, 1836-1902, Chenecey-Buillon, Francia). Vattene, Satana (Rétire-toi, Satana), 1886-1896

Ognuno di noi, come Pietro, vuole prendere buone decisioni e fare la cosa giusta. Vogliamo servire le nostre organizzazioni e comunità e aiutarle a progredire, crescere e prosperare nelle loro missioni. Naturalmente, guardiamo al modo in cui altri leader di successo o efficaci agiscono come modelli, e potremmo studiare le pratiche o le strutture di altre organizzazioni come punti di riferimento per i modi in cui potremmo gestire e far funzionare la nostra. Tuttavia, la via di Gesù non è chiaramente la stessa via del mondo. Sicurezza, crescita costante, prosperità, prestigio agli occhi degli altri… nessuno di questi obiettivi è incluso tra quelli di Gesù per il suo ministero e per i suoi discepoli. Possono essere buoni e utili, ma non sono l’obiettivo in sé e per sé.

Naturalmente, come per Pietro, è disorientante essere messi bruscamente in discussione, non solo per ciò che decidiamo e facciamo, ma per i valori, le intenzioni e gli scopi stessi che abbiamo come leader. Di recente, ho avuto l’esperienza di essere criticato per aver pensato in termini troppo pratici e strumentali, utilizzando una logica di costi/benefici che sarebbe stata del tutto naturale in un contesto aziendale, ma che in un contesto pastorale avrebbe messo a repentaglio l’integrità della nostra missione di curare sia le persone che l’efficacia dell’organizzazione. E la mia collega aveva ragione.

Come discepoli che cercano di discernere ciò che Dio chiede a noi e alle nostre organizzazioni, abbiamo le orecchie per ascoltare e gli occhi per vedere la volontà di Dio sia per i nostri obiettivi sia per i mezzi che usiamo per perseguirli? Siamo aperti a convertirci dai modi di pensare e di agire del mondo per essere più fedeli alla via di Gesù, che include l’accettazione del sacrificio, della sofferenza e della diminuzione al servizio di un bene più grande? Siamo disposti a vivere e a guidare in modo scomodo, all’ombra della Croce, con fede e speranza nella definizione di successo di Dio più che in quella del mondo?

Con affetto fraterno,

David e il team di Discerning Leadership

Fr. David McCallum, S.J.

Fr. David McCallum, S.J.

Executive Director of the Program for Discerning Leadership
Tags in the article: Discerning Leadership | Jesus | leadership

Pin It on Pinterest

Share This

Share this post with your friends and collaborators!