Un modelo teológico de organizaciones

por | 17 noviembre 2025 | Uncategorized

En medio del intrincado entramado de la vida organizativa, los líderes pastorales y los administradores se ven a menudo envueltos en el torbellino diario, perdiendo a veces de vista el panorama general que envuelve a sus instituciones.

Aunque muchos modelos de negocio proporcionan una visión parcial de las organizaciones, a menudo no logran captar la esencia de estas entidades multifacéticas. Por otro lado, las perspectivas espirituales, incluidas las doctrinas religiosas, aunque profundamente significativas, pueden parecer a veces alejadas de la práctica. Este artículo presenta un modelo integrado, fruto de la colaboración entre Christina Kheng y Anjet Van Linge, miembros del cuerpo docente de Discerning Leadership, con el objetivo de salvar esta brecha. Ofrece un marco teológico integral para una comprensión más profunda de las organizaciones.

Una visión integral de las organizaciones

El modelo teológico propuesto se origina en la premisa de la acción amorosa de Dios en la creación, el sustento y la salvación del mundo. Así como el Evangelio de Juan nos recuerda que el Verbo se hizo carne, las organizaciones se consideran extensiones de la obra vivificante de Dios. Este esfuerzo comunitario es el núcleo de toda la creación y refleja la unidad definitiva que toda la humanidad está destinada a alcanzar. Este modelo abarca diversas entidades, desde congregaciones religiosas hasta escuelas, instituciones sanitarias, parroquias e incluso empresas seculares. Introduce cinco niveles con 15 elementos clave, cada uno de ellos crucial para comprender el «por qué», «quién», «qué», «cómo» y «dónde» de una organización.

El «porqué» de una organización

1. Carisma: A menudo considerado como el ADN de una organización, el carisma es la manifestación única del Logos divino, que representa la misión y la vocación fundamentales. Es la luz que guía, que ofrece dirección y propósito, y permite a la organización prosperar y adaptarse a contextos cambiantes.

El «quién» de una organización

  1. Comunidad: Las organizaciones están formadas por comunidades que comparten una vocación y un talento comunes dentro del carisma organizativo. El cuidado de la comunidad se extiende a las personas, fomentando su bienestar, crecimiento y desarrollo. La comunidad, en su conjunto, requiere atención, cultivar las relaciones, fomentar el trabajo en equipo y abordar la llegada y salida de miembros.
  2. Historia: El viaje único de una organización, moldeado por su pasado, influye en su identidad actual. Los acontecimientos pasados, las crisis y las figuras legendarias aclaran aún más el carisma de la organización, creando una narrativa duradera que influye en su cultura y sus paradigmas.

El «qué» de una organización

  1. Cultura: La cultura organizacional es una amalgama de paradigmas, creencias y actitudes que dan forma a los comportamientos y las decisiones. Está moldeada por el «por qué» y el «quién» de la organización, pero puede evolucionar a través de nuevas experiencias y miembros.
  2. Liderazgo: El liderazgo, tanto formal como informal, desempeña un papel fundamental en la configuración de la cultura. Implica dirigir la organización, la gobernanza y la toma de decisiones. El liderazgo debe operar con humildad, diálogo y servicio, reflejando un enfoque trinitario.
  3. Estrategia: El liderazgo también es responsable de configurar e implementar estrategias claras y relevantes que se alineen con la misión y el propósito de la organización. Un enfoque de discernimiento comunitario es vital para determinar la estrategia que garantice la colaboración y la alineación con la voluntad divina.

El «cómo» de una organización

  1. Programas: Las estrategias se manifiestan a través de programas y ministerios específicos, que son la expresión tangible de la misión de la organización.
  2. Estructuras: Para garantizar la eficacia de los programas, es fundamental contar con una organización estructural adecuada, que defina las funciones, las responsabilidades y las normas.
  3. Sistemas: Los sistemas organizativos respaldan las operaciones diarias, incluyendo la colaboración, la toma de decisiones, las finanzas, la gestión de recursos y el manejo de la información.
  4. Recursos: Los recursos materiales e inmateriales son necesarios para implementar los programas y sostener la comunidad.
  5. Capacidades: Las competencias del personal son esenciales para el trabajo de la organización, ya que garantizan la continuidad en la expresión del carisma.

El «dónde» de una organización

  1. Contexto: El entorno circundante, incluidos los factores sociales, económicos y culturales, influye en la organización. Es fundamental discernir regularmente los «signos de los tiempos» para alinearse con el plan divino.
  2. Partes interesadas: Las relaciones de la organización con los grupos relevantes influyen en su vida y su misión.
  3. Impacto: La presencia y las acciones de la organización tienen un impacto en el mundo, y su alineación con el carisma y las prioridades estratégicas debe evaluarse periódicamente.

La Presencia Divina

Todos los elementos de la organización se basan en la creencia de que Dios habita en todas las cosas y manifiesta su presencia divina a través de cada parte de la realidad. La colaboración con Dios requiere una disposición contemplativa y una orientación hacia el bien común.

Conclusión

Este modelo teológico destaca que el liderazgo y la administración no están separados del trabajo religioso, sino que son parte integral del mismo. Los 15 elementos están interconectados y son interdependientes, lo que contribuye a la fecundidad y el florecimiento de la organización. Comprender este modelo puede guiar a las organizaciones tanto en tiempos estables como turbulentos, ayudando a los líderes a aprovechar sus fortalezas y abordar las áreas que necesitan mejorar.

Aplicaciones prácticas del marco

El marco puede aplicarse para diagnosticar problemas, gestionar el cambio, realizar evaluaciones periódicas y ayudar a los líderes a adoptar una postura más perspicaz. Al comprender qué elementos se refieren a problemas específicos, las organizaciones pueden identificar las causas subyacentes y resolver los problemas de manera eficaz. El modelo también ayuda a evaluar la alineación de las nuevas estrategias, realizar evaluaciones organizativas periódicas y garantizar un enfoque de liderazgo equilibrado en los diferentes elementos de la organización. En última instancia, este modelo teológico ofrece una guía completa para gestionar y fomentar las organizaciones centrándose en su propósito y misión divinos.

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